sábado, 6 de abril de 2013

Árbol

Un alma perdida se empapa en tu mirada efímera. Se da cuenta de lo errada que estaba, que todo lo que necesitaba para ser estaba frente suyo.
¿Cómo arreglaría todo ahora? Ya es tarde. Ya sus pies se aferraron al lugar que escogió como terreno, y echaron raíces de lluvia y truenos. 
Tus ojos buscan incansablemente otra mirada, una mirada extraña, una mirada que el alma con raíces no puede ofrecerte. Sólo amor, sólo amor puede darte.
Pronto se convierte en árbol. Pronto su piel se hace áspera y amarga. Pronto... sus hojas crecen alrededor de tu cuerpo inerte.

Nada más que angustia.

Mirame, escuchame, 

                     ESTOY ACÁ

                                           ESTOY


aunque no me veas
aunque nunca notes
mi mano extendida
desesperada
para levantarte
pero vos sólo ves
oscuridad
vacío
porque vos
nunca vas a querer verme.