viernes, 9 de agosto de 2013

Cuesta tanto

Cuesta tanto la vida lejos tuyo... Uno vive simulando, simulando que está feliz, que está triste, que tiene sueño, hambre, que tiene ilusiones, amantes, incluso que no te extraña. Cuesta tanto, tanto, es tan tan difícil. Porque uno se pone una máscara y lo intenta, ¡sí, lo intenta! Lo intenta por vos, y por uno mismo, porque si no fuera por la máscara cualquiera podría decir que uno está muerto, pero ¡no! ¿Cómo se justificaría, entonces, la vida que le llega al cuerpo, cual relámpago en el cielo, cuando tus dos hojos se le interponen a uno? No, no sería justo. Pero cuesta, cuesta vivir sin verlos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario